Aetheria nace como un legado.
Un eco suave y poderoso de la sabiduría femenina transmitida por generaciones. Desde pequeñas, las fundadoras —tres hermanas— crecieron rodeadas de mujeres que entendían la belleza no como una meta, sino como una forma de estar en el mundo. Su madre y su abuela les enseñaron a enaltecer lo femenino desde el cuidado, la presencia, la armonía y el ritual.

Ese amor por la belleza consciente fue tomando forma silenciosamente, hasta que una de las hermanas decidió estudiar cosmetología. Las otras le siguieron, no solo por vocación, sino por un llamado compartido: crear un espacio que honrara esa herencia invisible, intangible, casi sagrada. Así nació Aetheria.

El nombre surge como una forma de nombrar lo innombrable: "aether", el quinto elemento, lo que habita entre lo terrenal y lo divino. Representa la energía que sus abuelas les transmitieron sin palabras, el linaje que hoy se transforma en experiencia.

Aetheria no es solo un spa.
Es un refugio, una ceremonia, un recordatorio de que la belleza verdadera está en lo auténtico. Su propuesta combina lujo accesible con misticismo, estética con alma. Desde el aroma hasta el diseño de interiores, desde la música hasta la luz, todo está pensado para nutrir el alma, enaltecer lo existente y guiar suavemente a cada persona hacia su propia esencia.

Gracias al trabajo en conjunto con Casali Creative, la identidad de Aetheria fue concebida desde el astrobranding, para asegurar que cada decisión estética y energética esté en coherencia con su propósito más profundo.

Aetheria es ese lugar que, sin saberlo, muchas personas estaban esperando.
Un espacio donde lo bello no es lo perfecto, sino lo real. Donde el autocuidado es ritual. Donde la magia vuelve a ser parte del presente.